¿Sin comida y sin gasolina? A lo Mad Max, es la guerra

El tema de debate de Sergio Ramos y su posible salida del Real Madrid y la posible huelga de transportes. Los dos temas de más conversación entre los pasajeros del Metro de Madrid de hoy, debidamente soportado por el tufillo amarillista de fondo de gran parte de la prensa gratuita (sálvese el que pueda). También ha tenido protagonismo el repaso a los deudos de los responsables de Metro por la enésima avería de la línea 6, averías que ya no son noticia porque son cotidianas y esperadas, faltaría más.

A mí, que me gusta el fútbol, estas cosas que pasan con los fichajes en verano me importan bastante poco, porque es como un culebrón: que sólo interesa ver el último capítulo. Al final pasará lo de siempre, la prensa dirá lo de siempre y los que participan de este negocio se llevarán lo de siempre.

Mad Max

Sin embargo me ha llamado mucho la atención una conversación captada al más puro estilo camarero (frotando un plato con un trapo y de costado con la oreja pegada a lo que dicen los parroquianos). Se hablaba sobre la huelga de transportes, esa huelga convocada por patronos que representan al 20% y que nos fastidia a todos. Esa huelga que de entrada va a hacer que se dispare el IPC y que nos va a hacer entrar en una espiral de crisis que no había pero que nos hemos empeñado en crear un poco entre todos, así es la economía. Si hoy vas a comprar un triste puerro te vas a encontrar con que te lo van a vender al doble por obra y gracia de ciertas actitudes irresponsables.

A lo que iba. Los conversantes ya hicieron cola para llenar sus depósitos en prevención de problemas y fueron con sus señoras a vaciar las estanterías de garbanzos mexicanos de su hiper preferido. Supongo que en breve irán al Ikea más próximo a comprar estanterias suficientes para ampliar la alacena. Es la guerra y hay que estar prevenido antes de que empiecen a escasear los alimentos. Se mostraban muy ufanos por su rapidez de acción.

¿De verdad es necesario acaparar alimentos en estas circunstancias?

Pongo un ejemplo sencillo: ¿qué pasaría si todos los compradores mensuales de judías pintas un día, en lugar de un paquete, compraran diez? Fácil, acabarían con el stock disponible en los establecimientos rápidamente. El establecimiento tendría que recomponer sus existencias acudiendo a su proveedor habitual. El proveedor se encontraría con un pedido no esperado y, claro está, tendría alguna dificultad en servirlo rápidamente con lo que posiblemente acudiría a una vía alternativa que resultaría un poco más cara debido a lo imprevisto. Al final, nuestras estanterías de judías pintas estarían repletas y dispuestas a ser saqueadas, no sabemos si exactamente de la misma calidad pero sin duda un poco más caras.

Imaginemos además que los compradores de judías pintas se ven motivados a repetir su comportamiento compulsivo de compra en presencia de una huelga de transportes. Las judías no solamente alcanzarán el precio de las cigalas de Marín, es que además habrá muy pocas y se producirá escasez. Las judías pintas dormirán el sueño de los justos en algún sombrío almacén del especulador de turno siendo dosificadas sabiamente para incrementar las ganancias. Así son las cosas. La verdad es que a veces actuamos de una forma un poco extraña.

Sin ir más lejos ayer pelé mis cuatro últimas patatas y no sé si conseguiré más. He visto a mi vecino subir con un saco. Esta tarde esperaré a que salga y me colaré en su casa para llevármelo y espero no encontrar la resistencia de su familia aunque llevaré mi Winchester 73 por si hay pelea. Y si me quedo sin gasolina aplicaré el sistema Mad Max. Es que las cosas se están poniendo muy mal, pero que muy mal y esto es la guerra.

Add comment junio 25th, 2015


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