¿El cerebro tiene vacaciones?
27 diciembre, 2014
Cada periodo vacacional es lo mismo. Durante los días previos la gente planea con emoción a dónde, cómo, cuándo y con quién va a pasar sus vacaciones. Las agencias se regodean y promocionan sus mejores ofertas a lugares paradisíacos o simplemente que parecen sacados de la imaginación. Los familiares se preparan para recibir a los parientes lejanos. En fin, una fiesta previa a todo lo que será el descanso merecido.
Pero, también ocurre que cuando termina el periodo vacacional (seán días, semanas o meses) tenemos un regreso a la realidad abrupto. Es una especie de síndrome del vacacionista, que cuando retoma su vida habitual hay cosas que parecen olvidadas o difíciles de retomar. Los niños, especialmente, se ven afectados al retornar a clases.
El cerebro es un órgano maravilloso que requiere de ejercitarse todos los días, incluso en vacaciones. No es someterlo al estrés de la cotidianidad, sino darle un respiro con algo nuevo: libros, música, películas, personas y actividades, que por falta de tiempo en el día a día, no podemos hacer. Es así como nuestra mente se mantiene activa.
Quitemos por un momento al niño del televisor, o del videojuego, para sentarnos, platicar, leer, jugar o simplemente escucharlo. Enseñarle que vacacionar no significa poner la mente totalmente en blanco, por el contrario, es momento de alimentarlo de cosas nutritivas y relajantes, es darnos la oportunidad de conocer algo nuevo.
Todo esto acompañado de un buen café y una ¡FELIZ NAVIDAD!
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